El Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia (GTCCJ Bolivia), es una red interinstitucional boliviana qué tiene una trayectoria de trabajo desde hace 11 años.
En este contexto, se invita a profesionales con experiencia y compromiso, que aporten en el componente comunicacional orientando a la incidencia en un contexto de trabajo en red y desde los desafíos planteados como colectivo:
El taller contó con la participación y exposición de Antonio Zambrano (Perú), Joilson Costa (Brasil) y Tania Ricaldi (Bolivia), especialistas de la REDTEP, quienes socializaron información sobre la situación actual de las políticas energéticas en cada país y las medidas necesarias para una transición energética popular y justa.
Los expositores indicaron que en los tres países la matriz energética todavía depende de las energías fósiles (hidrocarburos) y la visión que tienen los estados y gobiernos es desarrollista. Las actuales políticas públicas apuntan a fortalecer el modelo de desarrollo extractivista/agroextractivista afectando al medio ambiente, a los derechos territoriales y a los derechos de las comunidades y pueblos indígenas.
En ese contexto, la transición energética hacia energías renovables es necesaria y América Latina tiene mucha potencialidad en este tipo de energías, que pueden cubrir la demanda energética. Por ejemplo, en Perú existe un atlas de energía eólica, geotérmica y otras energías; se puede plantear procesos de industrialización y generación de empleos verdes, manifestó Antonio Zambrano, del Movimiento Ciudadano Contra el Cambio Climático – MOCICC (Perú).
Asimismo, Joilson Acosta del Foro Cambio Climático y Justicia Socioambiental (FMCJS- Brasil) indicó que la transición energética debería ser justa, inclusiva y popular, localizada e independiente de la energía eléctrica, además de ser descentralizada para que las personas puedan contribuir en ese proceso.
La transición energética popular y justa debe generar procesos de participación ciudadana, la construcción de procesos de gobernanza efectiva en el que la población sea productora y consumidora de la energía; generando economías locales que mejoren las condiciones de vida de las poblaciones, indicó Tania Ricaldi del Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia de Bolivia.
En el taller también estuvo como expositor el periodista brasileño Mario Osava, quien compartió sus impresiones sobre el tratamiento periodístico en esta temática y los casos que ha realizado seguimiento; indicó que en la actualidad hay mucho por abordar por parte del periodismo tradicional en especial los casos de megaproyectos y sus impactos. Por otra parte, la utilización de energías alternativas permite un cambio de paradigma en el desarrollo y la toma de decisiones a partir de la comunidad, cambios a los que los periodistas deben estar atentos para su difusión y sensibilización, puntualizó.
El taller finalizó con preguntas de los periodistas; consultaron sobre las limitantes para una transición energética en los tres países. Los expertos coincidieron que una de las limitantes es la falta de una mirada integral en los procesos de gestión y planificación en el tema energético y su apuesta por las energías alternativas.
La REDTEP impulsa este y otros espacios de diálogo e intercambio de información con periodistas para ampliar el análisis e incidencia social en el tema de transición energética popular y justa, y las energías alternativas.
Bolivia sigue dependiente de energías no renovables, más del 90% de la energía que se produce y consume, es de origen fósil, Francesco Zaratti, analista en energía, nos explica porqué la transición energética no es elección libre, sino una necesidad urgente.
¿Qué son las energías renovables, y por qué son importantes para Bolivia?
Francesco Zaratti: “Las energías renovables, como dice el mismo nombre, son energías que tienen un carácter inagotable y cíclico. Es decir, uno las utiliza, y las puede volver a utilizar. El ejemplo típico es el viento. El viento sopla, y hace mover unas palas de molino. Pero el viento siempre está soplando. Y lo mismo pasa con el sol. En teoría, ninguna fuente es inagotable, pero es cuestión de tiempos. La energía del sol se agotará en 5 mil millones de años, así que, a escala humana, esa es una energía inagotable. La diferencia es con las fuentes fósiles. Los fósiles han necesitado millones de años para ser producidos a gran profundidad en el suelo, y se necesitan pocos años para gastarlos. Entonces, ahí está la diferencia. Una vez que un pozo de petróleo se haya agotado, ya no produce más. Hay que buscar otro pozo, el cual también se agotará.”
¿Cómo está la situación de las energías renovables en Bolivia?
Francesco Zaratti: “La situación de Bolivia se basa en que las energías que Bolivia explota son mayormente no renovables. Más del 90% de la energía que produce, y más del 90% de la energía que consume, es de origen fósil, básicamente hidrocarburos. Bolivia no es un país rico en carbón. Y éstas son reservas de fuentes de energía que se van agotando. Esta es la situación actual, y esta situación se está volviendo insostenible. ¿Por qué? Justamente por la naturaleza de las energías no renovables. Los pozos se van agotando, y además se van empobreciendo en el contenido de líquidos, lo que obliga a importar siempre más gasolina y diésel.
Se intenta paliar esa situación con la producción de biocombustibles. Pero los biocombustibles están lejos de ser una energía renovable. No son renovables no solo por el alto costo ambiental que tienen – sino que también tienen un costo de subsidios, que, en otras palabras, significa que son más caras que los combustibles tradicionales como la gasolina y el diésel. Frente a esta situación – y esto me parece importante subrayarlo al margen de los compromisos internacionales que ha asumido el país – el verdadero motivo para preocuparse de migrar hacia las energías renovables es la escasez a mediano plazo, y la casi ausencia a futuro, de energías fósiles en el país. Por lo tanto, es importante que se empiece a pensar seriamente en reemplazar las energías fósiles por energías renovables.
¿Que se ha hecho hasta ahora en el campo de las energías renovables? Se ha hecho poco y mal, a mi criterio. Se ha hecho poco porque tenemos tres o cuatro plantas fotovoltaicas. Son proyectos aislados como el proyecto eólico en Cochabamba. La política no entra en un plan de transición energética, no está dentro de una planificación que implica una sustitución de los fósiles por la energía renovable.”
¿Qué es la transición energética, como se puede aplicar en Bolivia y porque es importante?
Francesco Zaratti: “Es, más que una elección libre, una necesidad frente al agotamiento de las fuentes tradicionales y no renovables que son el gas y el petróleo. Entonces, frente a esto, hay que emprender un camino de transformación. Esta es la transición energética, hay que transitar de un modelo en el cual la energía eléctrica se genera a partir de fósiles – de gas básicamente, ya no se usan hidrocarburos pesados – a una situación nueva adonde la energía eléctrica se genera a partir del agua, a partir del sol, a partir del viento, y eventualmente, a partir del calor geotérmico. Esta transición no es una transición que ocurrirá de un día para el otro, es un proceso que puede llevar 20 o 30 años, por lo menos, y que implica diversificar la matriz energética. Obviamente la electricidad renovable coexistirá junto con las fuentes tradicionales, inclusive las no renovables. Pero la transición energética es un proceso, un camino que lleva a tener una participación siempre mayor de energía eléctrica generada a través de fuentes renovables y no tradicionales.”
Entonces Bolivia es un país con potencial de energías renovables, ¿por qué sigue teniendo ese mayor uso de energías fósiles en comparación?
Francesco Zaratti: “Es un poco la historia, la abundancia de las fuentes fósiles, primero petróleo, después gas, que han hecho que nos acostumbremos a estas energías. Al mismo tiempo nos hemos acostumbrado a pagar poco, a pagar menos por esa energía que el Estado está subvencionado. ¿Con qué se subvenciona? Evidentemente con los ingresos de la exportación de estos recursos naturales no renovables. Pero este juego ha llegado a un punto de no sostenibilidad ya que lo que se exporta es cada vez menos y se está agotando, mientras que los subsidios son cada vez mayores ya que el consumo ha crecido. Y la infraestructura que se ha creado en el consumo de energía está en función de las energías fósiles – esto hace que sean tan populares. Uno tiene estaciones de gasolina o de gas en todas las carreteras y en todas las ciudades. Por eso la transformación energética, este plan de transición, implica también una transformación profunda de infraestructura.
La transición energética es una necesidad. Tiene un costo, y tenemos que acostumbrarnos al nuevo costo; pero también a educarnos, a utilizar más eficientemente la energía. Empezando, por ejemplo, por las familias, que no dejen la luz encendida en un cuarto donde nadie esté. O tres televisores encendidos en tres habitaciones de la casa sin que nadie esté mirando, ya que esto es realmente un malgasto de energía, es echar la energía a la basura, y evidentemente es aumentar los daños ambientales.”
Adriana Montero de Burela, Coordinadora Nacional del GTCCJ Bolivia
“Nos preocupa mucho el fuerte incremento del uso de agroquímicos en Bolivia y el auge de transgénicos, un desarrollo equivocado que está vinculado con la extensión de la frontera agrícola en nuestro país. Y lo que ahora más se cultiva de forma industrial es soya, que es un cultivo para satisfacer la demanda del mercado internacional. Se piensa más en el agro negocio, en vez de en la seguridad y la soberanía alimentaria. Y esta situación está perjudicando la salud de la población, de nosotros y nosotras.
Nosotros como INCADE somos parte del GTCCJ, y como INCADE y GTCCJ trabajamos con el tema de alimentación saludable y producción sana. Hay una frase que dice: Somos lo que comemos. ¿Pero qué compramos y comemos?, porque hay alimentos de manera procesada que tienen muchos aditivos y adictivos. ¿Qué alimentos producimos y de qué manera los producimos? Nos preocupa el aumento de personas en todo Bolivia que sufren de enfermedades no transmisibles, como la diabetes, la hipertensión, los problemas cardio respiratorios, el cáncer. Y sobre todo cómo estas enfermedades afectan a niñas y niños.
Por eso decidimos: Tenemos que investigar cómo se producen los alimento que llegan a nuestros platos, que cantidad de agroquímicos se utilizan. Como eso es un tema donde se gana mucho dinero y donde hay mucho interés del agro negocio, nos juntamos como colectivo de instituciones del GTCCJ, por que el GTCCJ tiene un área de trabajo en alimentación, que es vinculado con la agroecología. Para respaldo académico de la investigación logramos involucrar a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRAM) en Santa Cruz de la Sierra, a través del Instituto de Investigación de la Facultad de Humanidades (INIFH). Y recibimos apoyo de las organizaciones Misereor y Pan para el Mundo, que tienen experiencia con el tema a nivel internacional.”
¿Cuál fue el tema exacto de la primera fase de la investigación?
“Notamos que el tema de agroquímicos en la producción agrícola es muy amplio y por eso dividimos la investigación en dos fases. También decidimos de no solo investigar la situación en una comunidad o una zona del departamento de Santa Cruz, sino en cuatro zonas representativas, y de estas zonas elegimos cuatro comunidades: Yateirenda, Hardeman, Nuevo Palmar y Los Negros.
En la primera fase investigamos a través de 500 entrevistas con agricultores en estas cuatro zonas cómo se aplican los agroquímicos, cómo se manejan los agroquímicos en el campo. Preguntamos: ¿Quienes participan de la familia en el proceso de compra, almacenamiento y uso de los agroquímicos? ¿Cómo se protegen contra los agroquímicos, y qué hacen después con las herramientas de aplicación y con el agua que usan para lavarlas? Claro que también nos interesaba saber qué agroquímicos se utilizan más, que insecticidas, herbicidas y fungicidas se aplican más. De esta primera fase ya publicamos un reporte de la investigación: “Uso y manejo de agroquímicos en la producción agrícola“.”
¿Y cuáles fueron los resultados principales de esta primera fase?
“Los resultados fueron muy preocupantes, especialmente respecto al agua. El agua potable es un gran tema para nosotros como GTCCJ e INCADE. Lo lamentable es que se usa agua potable para la preparación de agroquímicos, y cuando se lavan las herramientas con las que han aplicado, en muchos casos el agua contaminado con agroquímicos se vierte al mismo chaco, incluso en el mismo patio de las casas. ¿Entonces qué pasa? Se contamina nuestro agua subterráneo que está para el consumo de agua potable. Entonces el uso de agro químicos causa una gran contaminación de nuestros acuíferos.
Otro resultado preocupante que encontramos es que un tercio de las personas mientras están aplicando los agroquímicos en el campo, no utiliza protección adecuada. Además, muchas personas están masticando coca y fumando, con las mismas manos con que están usando la fumigadora. Eso es una fuente muy probable de enfermedades causado por agroquímicos. Además, muchas personas no toman en cuenta las recomendaciones de protección en las etiquetas de los químicos.
Muy preocupante es especialmente, cómo los agroquímicos afectan hasta las familias. ¿Quién lava la ropa después de fumigar? En muchos casos son las mujeres. Entonces hay un contacto directo con agroquímicos. Hasta en un porcentaje bajo también están involucrados niñas, niños y mujeres en la aplicación de agroquímicos. Además, un gran porcentaje de familias guarda los agroquímicos dentro de la casa. Entonces están conviviendo con los agroquímicos en la casa constantemente. Muchas familias usan los envases de los agroquímicos, apenas unas dos, tres lavados, para llevarse agua a la casa, incluso para comprar aceite para la cocina.
En resumen, hay un muy alto riesgo de contaminación de muchos ángulos. Pero falta una política pública de protección, no hay una precaución, no hay cuidado.”
La investigación seguirá con una segunda fase, ¿cuál será el objetivo y cuál será el objeto de investigación?
“En la segunda fase de la investigación, que se está ejecutando en las mismas cuatro comunidades donde se hizo la primera fase, estamos tomando pruebas biológicas: Investigamos residualidades de cuatro tipos en el cuerpo humano, de órganos fosforados, de órganos clorados, de glifosato, incluso de genotoxicidad. Para esta segunda fase vamos a tomar pruebas de sangre, de orina, de mucosidad de la boca. En la primera fase nos apoyó la UAGRM, para la segunda fase además hemos logrado involucrar la Universidad Católica Boliviana en Santa Cruz. Y también se ha sumado la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz, porque allí tienen la experiencia de hacer pruebas de genotoxicidad.
Queremos que sea un estudio completo, que nos muestre cómo estamos acumulando residuos de agro químicos en nuestro cuerpo por ingestión, por inhalación, por contacto con substancias que se usan en la agricultura. Y el agroquímico más usado, eso es un resultado de la primera fase de nuestra investigación, es glifosato. Muchas personas piensan que no se envenan con agroquímicos porque no tienen contacto directo, pero solo respirar el aire que está contaminado con agroquímicos y nos afecta, peor en zonas donde se fumiga con avioneta.
En el primer semestre de 2020 esperamos tener un reporte de la segunda fase similar a lo de la primera etapa. Así podemos comunicar los resultados y la gran importancia del tema a la población, para lograr cambios e incidencia, para promover alternativas de producción, para movilizar a la población. Porque el uso de agroquímicos en Bolivia es un tema que nos afecta a todas y todos, y aquí ni hay edad, ni sexo, ni clase social, nos todas y todos que comemos. Y tenemos el derecho de una alimentación que nos nutre y que es sana.”
Analizar la problemática agraria en el actual contexto boliviano, debe conducirnos a revisar hitos importantes desde la normativa boliviana que favorece al agro extractivismo y su tremenda carga ambiental y social para el país en desmedro de la soberanía alimentaria
Del discurso no se gana
Durante el llamado proceso de cambio, el gobierno boliviano fue promulgando normas para incentivar la pequeña agricultura familiar campesina, bajo el discurso de garantizar la seguridad alimentaria con soberanía, considerando temas no resueltos a saber: uso y tenencia de tierra, importación fronteriza y descontrolada de productos alimentarios, débil institucionalidad para la inversión pública en la pequeña agricultura entre otros.
Entre las normativas destaca el Plan Nacional de Desarrollo “Para el Vivir Bien” de 2006, el Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno de 2009 y la Estrategia Plurinacional de Economía Solidaria y Comercio Justo de 2010. Fueron aprobadas importantes leyes: la Ley Marco de Autonomías y Descentralización en 2010; la Ley de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria en 2011; la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien en 2012; la Ley de Promoción y Desarrollo Artesanal de 2012; la Ley de Organizaciones Económicas Campesinas, Indígenas Originarias (OECAS) y de Organizaciones Económicas Comunitarias (OECOM) para la integración de la agricultura familiar sustentable y la soberanía alimentaria de 2013; y la Ley General de Cooperativas de 2013.
Wanderley,2018
Sin embargo, y paralelamente a este conjunto de normativas a favor de la agricultura familiar de base campesina e indígena, se ha ido promoviendo también normativas a favor del agro extractivismo como nuevo patrón productivo en Bolivia, generando fuertes contradicciones entre el discurso sobre el vivir bien y el cuidado de la Madre Tierra y las implicancias de una agricultura basada en la extracción de recursos naturales.
Ley N°337 Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques
Artículos: 1-3-4-8
7 de Mayo de 2013
Decreto Supremo N°1578
Reglamento Ley N°337
26 de Febrero de 2014
Ley N°502 Ampliación del plazo y modificación a la Ley N°337 de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques
Artículos: 1
29 de Septiembre de 2015
Ley N°740 Ampliación del Plazo de verificación de la Función Económica Social
Artículos: 3
29 de Septiembre de 2015
Ley N°741 Autorización de desmonte hasta 20 hectareas para pequeñas propiedades y propiedades comunitarias o colectivdas para actividades agrícolas y pecuarias
Artículos: 1-3-4
23 de Mayo de 2017
Ley N°952 Plazo de registro al Programa de Producción de alimentos y restitución de bosques Leyes N°337,N°502, N°739
Artículos: 1
15 de Septiembre de 2018
Ley °N1098 Producción, almacenaje, transporte, comercialización y mezcla de Aditivos de Origen Vegetal
Artículos: 1-7-8-10
En el gráfico 1, puede evidenciarse que desde el año 2011 con la Ley 144, si bien se restringe el ingreso de semillas genéticamente modificadas de especies de las que Bolivia es centro de origen o diversidad, la soya no es originaria de Bolivia por lo que las restricciones no aplican a este cultivo. A partir de la Ley 144 se legitima el ingreso de organismos genéticamente modificados y el paquete tecnológico que implica su producción.
El año 2013 (enero) la Ley 337 permite el saneamiento de desmontes y deforestación de bosques, legitimando la ampliación de la frontera agrícola y- tendrá una duración de cinco (5) años a partir de su reglamentación. El mismo año y meses después, se reglamenta la Ley 337, a través del Decreto Supremo N°1578. El año 2014, la Ley 502 amplía por primera vez los plazos para la aplicación de la frontera agrícola, establecidos en la Ley 337.
En abril de 2015 en el marco de la Cumbre Sembrando por Bolivia, el presidente Morales anunció su intención de ampliar la frontera agrícola de 3,5 a 4,7 millones de hectáreas a través del plan de Desarrollo Económico y Social 2016 -2020.
Meses después de la Cumbre Sembrado por Bolivia, se tuvieron tres leyes paralelas y conducentes a la reforestación. La Ley 739 llamada del “perdonazo agrícola”, a favor de empresarios agroindustriales por los desmontes de bosques realizados sin autorización. Esta ley amplía cinco años la vigencia de ese programa y en 18 meses el plazo que tienen los productores para registrarse en ese beneficio. Las leyes 740 y 741 autorizan en el primer caso: ampliación del control de la Función Económico Social (FES) y la segunda autoriza el desmonte de hasta 20 hectáreas en pequeñas propiedades, propiedades comunitarias o colectivas en proceso de saneamiento o tituladas, y asentamientos humanos legalmente establecidos.
En el año 2017 la Ley 952 en su único artículo menciona la ampliación de la Ley 337 (2013), Ley 502(2014) y Ley 739(2015) hasta finales de diciembre de 2017. Con esta ley se ratifica el apoyo gubernamental a la aplicación de la frontera agrícola, facilitando recursos para su extensión.
La recientemente promulgada Ley 1098 del año 2018, que desde el discurso oficialista Bolivia ingresa en la “era del biocombustible” para el crecimiento económico del país, se contrapone a la postura del gobierno en el 2007 en la que se rechazaba la producción de biocombustible, pero el discurso cambió con esta ley que impulsa la producción de Etanol en una alianza pretenciosa con los agro empresarios del oriente.
Tenemos entonces por un lado una romántica normativa a favor de la pequeña agricultura familiar de base campesina, sin reglamentación y poco fomentada desde la institucionalidad pública, y que paradójicamente es el tipo de producción que “garantiza” la soberanía alimentaria en Bolivia. Y por el otro, un escenario en constante presión ambiental para extraer en el menor tiempo posible recursos naturales para el agro extractivismo. Para concluir podemos ver en:
En marzo de 2018 (Santa Cruz), firma de convenio con industrias y cañeros para la producción de etanol. Fuente: Página Siete
La Cumbre Agropecuaria de abril de 2015, la Agenda 2025, el paquete de leyes y decretos que el presidente ha mandado al Parlamento en agosto de 2015 están generando las condiciones para que la inversión extranjera pase de una escala marginal a una escala significativa: Bolivia quiere ser parte de la liga mayor del agronegocio en América Latina. Por eso el presidente Evo Morales apuesta por ampliar la frontera agrícola en diez años a diez millones de hectáreas nuevas que estarían cultivadas con estos cultivos de exportación.
Urioste, 2016
Agro extractivismo un acercamiento desde la realidad
A lo largo del texto, se ha ido mencionando el “agro extractivismo” como fin de la normativa boliviana a título de garantizar la seguridad alimentaria con soberanía. Para mencionar cómo entendemos este concepto se recurrirá al trabajo de Eduardo Gudynas, qué utiliza el término “extractivismo agrícola” para referirse a la agricultura orientada hacia el monocultivo, a la agricultura que usa transgénicos, maquinaria y herbicidas químicos, y que tiene poco o ningún procesamiento para su exportación como mercancía. De acuerdo al autor debe considerarse tres dimensiones: 1) La escala (volumen de material extraído); 2) Los impactos ecológicos (intensidad de la extracción) y 3) El destino del producto (semiprocesado y para la exportación) (Gudynas, 2013).
Asimismo, la investigación titulada: Extractivismo agrario: Dinámicas de poder, acumulación y exclusión en Bolivia de Ben McKay (2018) siguiendo al gráfico 2 menciona qué la agro industria no representa el mismo impacto social, ambiental y económico que el agro extractivismo, el cultivo que analiza para esta diferenciación es la soya. Retomando aportes previos de Urioste (2016) a través de la soya; Bolivia quiere ingresar a la liga mayor del agro negocio (aunque su aporte en relación a otros países sea minúsculo).
Agro extractivismo un acercamiento desde la realidad
A lo largo del texto, se ha ido mencionando el “agro extractivismo” como fin de la normativa boliviana a título de garantizar la seguridad alimentaria con soberanía. Para mencionar cómo entendemos este concepto se recurrirá al trabajo de Eduardo Gudynas, qué utiliza el término “extractivismo agrícola” para referirse a la agricultura orientada hacia el monocultivo, a la agricultura que usa transgénicos, maquinaria y herbicidas químicos, y que tiene poco o ningún procesamiento para su exportación como mercancía. De acuerdo al autor debe considerarse tres dimensiones: 1) La escala (volumen de material extraído); 2) Los impactos ecológicos (intensidad de la extracción) y 3) El destino del producto (semiprocesado y para la exportación) (Gudynas, 2013).
Asimismo, la investigación titulada: Extractivismo agrario: Dinámicas de poder, acumulación y exclusión en Bolivia de Ben McKay (2018) siguiendo al gráfico 2 menciona qué la agro industria no representa el mismo impacto social, ambiental y económico que el agro extractivismo, el cultivo que analiza para esta diferenciación es la soya. Retomando aportes previos de Urioste (2016) a través de la soya; Bolivia quiere ingresar a la liga mayor del agro negocio (aunque su aporte en relación a otros países sea minúsculo).
En esta lectura McKay recalca la naturaleza extractiva de la agro-industria o agro negocio, en la que no necesariamente un cultivo intensivo con demanda de fuerza de mano de obra, manejo productivo-ambiental, determine lo “extractivo” de su proceso. En Bolivia son ejemplos el cacao, café, amaranto entre otros.
Primera dimensión: escala
Siguiendo los datos del INE (2017), la producción de soya en la campaña 2006-2007 era de 1,238,509 Toneladas Métricas (TM) incrementado en la campaña 2016-2017 a 3,018,872 Toneladas Métricas (TM). Y su rendimiento en los mismos años paso de: 1,472 Kg/Hectárea a 2,389 Kg/hectárea. En términos de escala el incremento de la producción y rendimiento de soya ha tenido un crecimiento exponencial, a diferente de cultivos tradicionales bolivianos. Este incremento en la superficie cultivable de soya, en términos de consumo no aporta nutrimentalmente en la dieta boliviana, aun cuando la soya es parte de los 26 productos priorizados en la canasta familiar. El consumo de soya se traduce en alimento balanceado para pollos, y que en pocos años estamos naturalizando una pollificación del consumo en las urbes y alimentaria y qué para el agro extractivismo si no suma, es mejor obviarla.
Segunda dimensión: impactos ecológicos
La segunda dimensión muestra un aspecto irreversible tal como se ha visto en el punto anterior de normativa, legitimado desde introducción de semillas transgénicas, deforestación para la ampliación de la frontera agrícola y el uso de aditivos de origen vegetal. El agotamiento de los recursos naturales afectará a la pequeña agricultura familiar de base campesina e indígena, consumiendo alimentos importados que los producidos localmente.
Gráfico 2. ¿Agro-industria o agro-extractivismo en Bolivia?
Fuente: McKay (2018)
Comercio hormiga de papa en Desaguadero
Fuente: La Razón
Tercera dimensión: destino del producto
Bolivia por muchos años ha basado su matriz productiva en constituirse como exportador de materias primas, en el caso de la soya esta no es la excepción. Factores de producción como la tierra, posibilitan un negocio a manos llenas de inversiones extranjeras y concentración de tierras para la producción de soya en grano y dirigidos hacia mercados internacionales. Según datos del INE (2017): la producción de grano de soya alcanzará este año a 2,7 millones de toneladas, de las que 800.000 son para el mercado interno y el saldo para su exportación como grano o en productos con valor agregado harina y aceite.
Finalmente, esta aproximación sobre agro extractivismo es importante mencionarla, para evidenciar el alcance al referirnos a la agroindustria/agro negocio y al agro extractivismo, una dimensión poco explorada pero que encarna una realidad cada vez presente en la agricultura boliviana.
A modo de conclusión
Repasar este conjunto de normativas y de un acercamiento al agro extractivismo vinculado a la apuesta del actual gobierno boliviano, nos anuncia que los sectores considerados para el crecimiento económico: hidrocarburos, energía, agricultura, minería, refuerzan el patrón extractivista.
Abordar la cuestión de la seguridad y soberanía alimentaria no debe remitirse a una compresión parcial de una problemática amplía, ya no es suficiente hablar de una producción, comercialización y consumo sano de alimentos, debe interpelarse el sistema agro alimentario que persiste con lógicas perversas, como es la soya y el extractivismo en Bolivia.
Plantearse desafíos en este contexto no es fácil, lo que no significa que debamos aceptarlo, muchas personas organizadas se encuentran avanzando en esta compresión y desde sus capacidades/posibilidades se encuentran trabajando en salidas de largo alcance, pero compatibles con una filosofía de vida basada en el cuidado de la naturaleza y madre tierra.
Bibliografía
Ben McKay (2018) Extractivismo agrario: Dinámicas de poder, acumulación y exclusión en Bolivia. Fundación Tierra. Bolivia. En web.
Urioste, M (2016) Entrevista: Bolivia quiere ser parte de la liga mayor del agro negocio en América Latina. En: Ni Pan ni circo: historias de hambre en América Latina/Tadeu Breda … [et. al]; editado por Omar Rincón; Florencia Grieco. 1ª ed. Ciudad Autonoma de Buenos Aires: Nueva Sociedad. Friedrich-Ebert-Stiffung. En web.
Wanderley, F (2018) Artículo: Extractivismo y traición a los pueblos indígenas del TIPNIS. En Cuestión Agraria: Tema Central: TIPNIS. Revista Boliviana de Estudios Agrarios y Rurales. Volumen 4. Fundación Tierra. Bolivia. En web.
INE (2018) Instituto Nacional de Estadística. En Web.
Para reforzar conocimientos y conocer diferentes iniciativas de agricultura familiar, el 4 de diciembre el GTCCJ Cochabamba organizó en Santivañez la segunda parte del intercambio entre los productores urbanos de plan700 y los agricultores familiares de Santivañez.
El encuentro era la segunda parte de este intercambio organizado por el GTCCJ Cochabamba. Fue muy interesante ver que a pesar de grandes diferencias en los huertos (huertos urbanos pequeños donde se aprovechan al máximo el espacio incluyendo hasta estructuras verticales y huertos más amplios en el área rural donde es muy notorio que es muy beneficioso combinar el huerto con la cría de animales menores) todos los participantes comparten experiencias comunes.
El día 9 de diciembre de 9 a 18 hrs., se invita a la 2da Feria Agroecológica “Eco Huertos”, la misma es sugerida y creada por los productores de las comunidades de Catachilla y Rancho Nuevo del Municipio de Santivañez. El lugar de la feria es el camino a Santivañez, bifurcación al parque industrial. Se tendrán productos agroecológicos, como ser semillas, comida, plantines, hortalizas y otros productos; todos producidos en la zona y sin intermediarios.
Esta feria es apoyada por el proyecto Resiliencia de los Sistemas Productivos y Alimentarios Locales frente al Cambio Climático. Es un proyecto conformado por: Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU), Universidad Católica Boliviana “San Pablo” – Cochabamba (UCB), GTCCJ regional Cochabamba, Fundación Alerta Verde y Fundación Gaia Pacha.
Alumnas y alumnos de seís unidades educativas explicaron en la “Feria de la alimentación” en Cochabamba sus experiencias con la producción de hortalizas orgánicas para el autoconsumo.
Las situaciones de conflicto son una característica que ha marcado la historia de muchos países de América Latina y el Caribe, estas situaciones tienen elementos comunes y particularidades que nos lanzan enseñanzas centrales respecto a la vulneracion de derechos, fundamentalmente de poblaciones mas pobres.
La trilogía producción – consumo – derroche de energía es una de las principales causas que provocan el cambio climático, que fomentan procesos extractivistas agresivos con la naturaleza, y fomentan las injusticias a las que están sometidas cientos de miles de empobrecidos, hermanas y hermanos nuestros.
En casi todos los niveles de la vida, a lo ancho y largo de nuestro único planeta, se ha universalizado la preocupación por el cambio climático. Y es una preocupación porque está en peligro la vida en el planeta.